Al trabajar con un centro offshore situado en un país que no sea de habla hispana, debemos establecer en qué idioma se realizan cada una de las actividades del proceso.
Si se decide trabajar en inglés, habrá que tener en cuenta que en la mayoría de los casos los interlocutores no son nativos en este idioma y que, por lo tanto, los errores y confusiones pueden ser muy significativos.
Estas dificultades idiomáticas hacen que se tienda a abusar de las comunicaciones formales en las que uno puede revisar el texto una y otra vez hasta estar seguro de que ha escrito algo comprensible. Esto dificulta y ralentiza la comunicación. Es recomendable establecer mecanismos de comunicación informal para resolver dudas o aclarar algunos puntos menores, aun cuando supongan un mayor esfuerzo para los interlocutores.
Especialmente en los acuerdos de mantenimiento, el idioma resulta clave, pues existe ya una documentación redactada en el idioma de origen, un código comentado y un interface que deben ser objeto de transferencia de conocimiento.
Es necesario establecer el idioma de los diferentes elementos de la aplicación:
- Idioma de la documentación del código, de las librerías comunes, del framework, etc.
- Idioma de los literales de la interfaz de usuario. Esto puede llegar a ser especialmente importante a la hora del control de calidad.
- El idioma del entorno de desarrollo y de los puestos de trabajo: puede parecer indiferente, pero en ocasiones existen problemas entre versiones del mismo software en distintos idiomas.
Es necesario establecer el idioma de todas las comunicaciones:
- Idioma de la documentación para la transferencia de conocimiento.
- Idioma de las solicitudes y de la documentación devuelta.
- Idioma de las incidencias y situaciones de emergencia.