Cuando se dirige una empresa es importante tener información precisa y correcta sobre cómo está siendo la ejecución de nuestro negocio. Gran parte de la gestión empresarial está centrada en la orientación estratégica, pero tan importante como tener una buena estrategia es tener una ejecución acorde con la estrategia que se ha establecido.
Es en la ejecución y su control dónde en muchas ocasiones se producen los problemas más serios en las organizaciones. Por ello es muy importante disponer de mecanismos que de forma sencilla y eficiente nos permitan comprobar que nuestras acciones que corresponden con nuestra estrategia.
Aquí vamos a repasar un sencillo y útil modelo que se viene utilizando desde hace ya algún tiempo que clasifica los objetivos de negocio en estas categorías:
- Ejecutar el negocio (run the business), es decir, el día a día de nuestra actividad, lo que tenemos que hacer para que el negocio siga abierto.
- Hacer crecer al negocio (grow the business), es decir, aumentar las operaciones, vender más o tener más clientes, hacer que el volumen de negocio sea aún mayor.
- Transformar el negocio (transform the business), es decir, cambiar nuestro negocio, haciendo que las cosas se hagan de otra forma más eficiente y efectiva.
Dadas las circunstancias que más recientemente nos han tocado vivir, se ha incorporado con claridad un nuevo tipo de objetivo de negocio, que siempre ha existido, pero que en ocasiones se consideraba simplemente como parte de la ejecución:
- Reducir costes (cost reduction), es decir, aumentar la rentabilidad de nuestro negocio reduciendo los costes de nuestras operaciones.
Toda la actividad de una organización puede ser clasificada según estos criterios. Los proyectos, los servicios y en general cualquier actividad de la organización puede ser asignada a uno de estos objetivos. Es habitual plantear que prácticamente todos los proyectos, servicios o procesos de una organización actúan sobre más de uno de estos tipos de objetivos, pero estas matizaciones en muchas ocasiones incorporan un nivel de complejidad y matización que no sólo no ayuda, si no que puede incluso ser contraproducente.
Gracias a esta clasificación podremos saber realmente a que se están dedicando los esfuerzos y recursos de nuestra organización
Si se clasifican nuestros proyectos y servicios dentro de estas categorías, podremos saber realmente a qué se están dedicando los esfuerzos y recursos de nuestra organización. En más de una ocasión nos podremos sorprender y comprobar que aunque tengamos grandes planes estratégicos que transforma nuestro negocio, realmente la mayor parte de la actividad está centrada en el día a día y no en transformar la organización.
Definir cómo queremos que sea el equilibrio entre cada uno de esos tipos de objetivo es crucial para llegar nuestro negocio hasta donde nosotros queremos y que no sea el azar, la inercia o cualquier otra fuerza no controlada la que dirija nuestra organización
En todos los casos, tener un control certero, eficiente y actualizado de dónde se está orientando nuestra organización es fundamental para un gobierno efectivo dentro de las organizaciones. ITM Platform permite clasificar y analizar las actividades siguiendo esta clasificación y por lo tanto es una herramienta muy útil para disponer de la información necesaria para el gobierno corporativo.